Retirar la corteza de las rebanadas de pan de molde y extenderlas sobre una superficie de trabajo
Untar un cuarto de la superficie de la mitad de las rebanadas con la crema de queso y repartir encima la mitad de las fresas.
Repetir la operación con las rebanadas sobrantes untando una cuarta parte de su superficie con la crema de chocolate y disponer el resto de las fresas.
Enrollar las rebanadas de pan sobre sí mismas, empezando por la parte con el relleno para obtener rollitos uniformes.
Cerrar ligeramente los extremos para que no salga el relleno y pasarlos primero por un platito con leche y después por el huevo batido.
Freírlos en una sartén con abundante aceite hasta que empiecen a dorarse, escurrirlos sobre papel absorbente y rebozarlos en un plato hondo con azúcar mezclado con canela molida. Servirlos inmediatamente.
1 huevo
100 ml de leche
150 g de fresas
100 g de crema de queso blanco
100 g de crema de chocolate y avellanas
Canela molida
Azúcar
Aceite de oliva