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Ahora, elaborar este estilizado y deleitoso croissant es todavía más sencillo porque ya viene prefermentado y decorado con azúcar: tan solo hay que descongelarlo y hornearlo. Además de por su esbelta forma, se distingue por un sutil sabor a mantequilla y una corteza brillante y dorada por el azúcar cristalizado. Una dulce y esponjosa variedad, al estilo argentino, que entusiasmará a los sibaritas del croissant.