Dados de pan de payés. Cuando me sobran rebanadas de pan de payés del bufé, las corto a dados que luego tuesto un poco en la sartén, así tengo unos picatostes buenísimos para acompañar mis sopas y cremas.
Un montadito para cada tipo de pan. Me encanta el pan recién horneado, por eso me invento excusas para saborear cada día uno diferente. El pan Galego lo uso como base para un pincho con bonito, gamba, guindilla y una rodajita de pulpo a la gallega. Y con la parisienne preparo montaditos con manzana asada y foie.
Bocadillo sorpresa. Incluye en tu carta de desayunos el “bocadillo sorpresa” y aprovecha las menguas del día anterior para ofrecer rellenos diferentes: albóndigas con champiñones, merluza rebozada con mahonesa, tortilla de judías verdes, daditos de pechuga de pollo y tomate fresco con pimienta…
Bandeja de bocaditos. Cuando un grupo de amigos me pide unos cuantos bocadillos, les pregunto si los quieren en bocaditos: corto cada bocadillo en cuatro o cinco trozos y los sirvo todos juntos en una bandeja. Así se divierten más y todos pueden saborear bocadillos diferentes.
Mejor en la bolsa de pan de toda la vida. Estos panes son mejores tal como va pasando el tiempo. Para que no se resequen, no los cortes y guárdalos en una bolsa de pan.
La bandeja de los panes. Estos pequeños panecillos son tan originales que yo los ofrezco en una bandeja de madera oscura, como si fueran makis o sushi, y los sirvo con un par de palillos japoneses.
Bufé con bocadillos. En bufés de jornadas de trabajo o fiestas informales, se agradece saber de qué son los bocadillos sin tener que abrirlos todos. Yo clavo algunas banderitas en las que escribo “soy de espárragos con virutas de ibérico”, “soy de paté de aceitunas con tomate fresco” o “soy de atún con anchoas y pepinillo”. Otras veces, simplemente dejo uno abierto en el centro de cada bandeja.
Comida para llevar. Mis creaciones saladas son excelentes, pero, cuando te las piden para llevar, pierden mucho si las entregas en una bolsa. Yo las coloco en un plato de papel y las cubro con una servilleta para que dure un poco más el calorcito del horneado. ¡Y si además tienes cubiertos de un solo uso, mejor que mejor!